La presencia de monóxido de carbono (CO) y material particulado asociado con carbón constituye un signo de combustión incompleta, por lo cual una operación eficiente debe considerar su mínima generación posible. Una combustión eficiente implica trabajar con el menor exceso de aire posible, sin embargo tomando en cuenta la menor concentración de CO, carbón y otros contaminantes relacionados.
La generación de CO puede deberse a dos motivos, siendo el primero un defecto de aire el cual da paso a la formación del conocido como CO caliente, por otro lado un exceso de turbulencia y un exceso de oxígeno sobre el 5% puede también generar el conocido como CO frío. Existen ciertos textos bibliográficos que mencionan la importancia de obtener una curva de punto de quiebre de CO, la cual se construye variando de forma paulatina y controlada la cantidad de exceso de aire. El objetivo es determinar cuál es el exceso de aire mínimo requerido, el cual desencadena un punto de quiebre, que resulta con un pico de generación de CO. Debería esta práctica llevarse a cabo en la calibración de calderos para llegar a optimizar la operación.
