CRITERIOS DE DESINFECCIÓN PARA ESCOGIMIENTO DE PRODUCTOS
Los talleres de servicio al igual que muchas empresas han desarrollado protocolos de seguridad para minimizar la posibilidad de contagio, dentro de los cuales la desinfección de superficies es una medida a llevar a cabo. El contar con una opción efectiva brindará confianza a nuestros clientes y a nuestro propio personal, posibilitando llevar a cabo nuestro trabajo. Sin embargo, es un hecho que nos hemos visto bombardeados por un sinnúmero de alternativas de desinfección, cuyos representantes comerciales, como es de esperar, manifiestan que sus productos son los más efectivos. Aparece como es normal una duda razonable, respecto a si se está tomando la mejor opción y si el proceso que estamos realizando, realmente protege al personal del taller y a los clientes. Podría incluso crearse un efecto placebo y hacernos bajar la guardia en cuanto a protección, pudiendo desencadenarse consecuencias muy negativas. Esto hace necesario que se compartan criterios básicos de desinfección y escogimiento en pro de contar con la mejor opción.
Los procesos de desinfección no son para nada nuevos en la industria, empresas por ejemplo que pertenecen al sector agropecuario o de alimentos ejecutan protocolos muy bien definidos desde hace mucho tiempo. En forma resumida el protocolo de desinfección trabaja previamente en limpiar la superficie, retirando residuos minerales y materia orgánica. Se enfatiza en estas etapas previas sobre todo el desengrasar la superficie. Para estas etapas previas generalmente se utilizan compuestos tensoactivos (familia de jabones), desengrasantes, solventes y desincrustantes de minerales.
Pero estas empresas con mucha experiencia en procesos de desinfección, ¿por qué hacen esto y de una vez no dosifican productos desinfectantes en la superficie?.
La respuesta a esta pregunta es clave pues lo que se quiere es que no exista interferencia en la desinfección, se desea que los compuestos desinfectantes tengan la máxima probabilidad de contacto con la superficie y con los microorganismos a desactivar. Sin la etapa previa de remoción de impurezas inorgánicas y orgánicas, se disminuye la probabilidad de contacto y la desinfección no será eficiente. Una vez que la superficie se encuentre limpia se procederá a realizar la etapa de desinfección propiamente dicha con compuestos desinfectantes.
Haciendo una analogía que resultaría hasta incoherente, podría compararse este proceso con el lavado y detaliling de un auto. Sería una locura que luego de que un auto sea recibido se proceda inmediatamente al encerado del mismo, sin antes haber retirado lodo y otras impurezas con los materiales y shampoo apropiados. En otros países incluso es posible encontrar que antes de la incorporación del shampoo se utilice un pre shampoo (PRESOAK) para retirar tierra, cal y otras impurezas minerales, haciéndose evidente a través de este ejemplo que existen compuestos específicos para impurezas de origen minerales y otros para las orgánicas. De igual manera para un proceso de desinfección debería previamente retirarse de una superficie las impurezas minerales y orgánicas con productos específicos para cada una de ellas.
Una tecnología de desinfección adecuada tomará en cuenta en su formulación compuestos de limpieza, desengrase y adicionalmente compuestos desinfectantes propiamente dichos, con el objetivo de que la formulación permita incrementar la posibilidad de contacto con la superficie y con los microorganismos.
Si bien hay varios compuestos desinfectantes que pueden usarse, los más difundidos han sido durante la pandemia los amonios cuaternarios, los cuales han sido utilizados en varias industrias como la cosmética, de limpieza y alimentos desde hace muchos años. Los amonios cuaternarios tienen un grado de desinfección medio pero lejos de ser considerados para utilizarse en quirófanos por ejemplo. Con los antecedentes antes mencionados podrá comprenderse que una formulación adecuada con amonios cuaternarios debería incorporar tamnbién mejoradores de contacto y compuestos específicos para remover impurezas minerales y orgánicas de las superficies, caso contrario se disminuirá la probabilidad de una desinfección óptima.
Existen muchos estudios técnicos publicados en revistas científicas en los cuales se ha demostrado cómo pierden efectividad por presencia de materia orgánica los amonios e incluso los compuestos de cloro. Pueden también afectar otras condiciones como el pH.
Será imprescindible chequear que los productos que estemos usando cumplan con lo sugerido y podrá comprenderse a estas alturas por qué razón existe un rango de precios muy grande para un mismo tipo de producto. Es totalmente necesario conocer el mecanismo de acción del desinfectante, su dosificación y que los productos cuenten con notificaciones sanitarias.
Otro criterio a tomar en cuenta será que en función de la probabilidad de contagio podrá usarse una formulación con mayor efectividad. Evidentemente habrán superficies que estén expuestas a mayor tráfico o que sean más sensibles, así por ejemplo en consultorios médicos odontológicos lo más sugerido y apropiado para limpiar el diván es la mezcla entre amonios cuaternarios y glutaraldehído con mejoradores de contacto, aplicar solo amonios cuaternarios podría no ser lo suficientemente efectivo. El Gluraldehído es usado para desinfectar instrumental quirúrgico en quirófano presentando mayor efectividad. Es decir es posible tener formulaciones desinfectantes con mayor eficacia y en forma práctica es viable potenciar a los amonios cuaternarios a través de la combinación con otros compuestos químicos.
Existen varias alternativas de desinfección, sin embargo a través de lo expuesto se ve la importancia de tener una formulación que contemple la limpieza de la superficie y no solamente la presencia de compuestos desinfectantes. Concretamente los amonios cuaternarios pueden ser potenciados y una muy buena opción es la de hacerlo con glutaraldehído. Será importante verificar qué superficies expuestas en nuestro taller requieren de mayor efectividad y qué otras no tanto, con el objetivo de utilizar los productos adecuados para reducir la probabilidad de contagio, brindado seguridad para nuestros clientes y nuestro personal interno sin olvidar de otras medidas muy importantes presentes en nuestro protocolo.
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